SE VENDE UNA ISLA
LLegaste a mi isla y habitaste en ella.
Ante tu llegada, las flores ya no daban su aroma
ya no lo percibía; sino, sólo tu aliento fresco.
Mis latidos acelerados cual olas del mar
mis sentidos inertes ante tu sola mirada.
Llegaste a mi isla y fuimos felices en ella.
Con el tiempo me dejaste,
y en silencio te marchaste.
Náúfrago de la sociedad era,
náufrago de tu amor soy ahora.
Con tu partida dejo de estar solitario
¿Dejar de estar solitario?, te dirás
Sí, bandida,
¿cómo ser isla si me dejas la música de tu voz
y el arte de tu risa?
¿Tatuaje, cicatriz?, no sé que és.
El maldito punto es que estás.
¡Oh! cómo envidio al aire que te acaricia cuando quiere,
el sol que te toca con sus rayos,
el agua que moja el caramelo de tus labios,
Sea como sea, nadie te dará la lava de mi amor.
Mi isla ya no está solitaria,
una intrusa habita en ella,
una intrusa con su recuerdo.
Recuerdo de tu amor,
amor que me mata,
que me mata y destroza.
Por ello ya no hay isla.
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